Mi experiencia con un iPhone (un mes después)

Mi experiencia con un iPhone (un mes después)

 

Como algunos deberán recordar, hace un mes escribí un artículo en el cual hacía pública mi decisión de cambiar mi móvil con Android de uso principal por un móvil con iOS, nada menos que el nuevo iPhone 6s.

Algunos me apoyaron, otros estuvieron en contra de mi decisión (por decir lo menos), pero mis razones las expliqué en su momento. Resumiendo, lo hice un poco por cambiar y un poco por ver si en verdad valía la pena el hype generado alrededor del nuevo terminal de la manzana, hype en el que también me vi envuelto y que en mi opinión merecía una intervención directa.

Así pues, luego de un mes completo usando el iPhone 6s como mi dispositivo principal, aquí les dejo mis impresiones y mi  decisión final sobre si regresar a mi anterior terminal con Android o si pegar definitivamente el cambio a iOS.

 

Un cambio brusco

 

Como comenté en varias oportunidades, desde hace más de dos años uso un Android como dispositivo principal. Antes de eso usé Windows Phone por un año aproximadamente. Mi acercamiento a iOS siempre fue a través de los iPads, dispositivos que si bien me permitieron conocer el sistema más de cerca, no me prepararon lo suficiente para el momento en el que hice el cambio de smartphone.

Conocía todo lo que debía hacer. Dónde estaban los menús y a dónde tenía que ir si desconocía algo. El tema es que con Android ya existía una familiaridad formada de años, por lo que en un primer momento me vi dando pasos torpes en casi la totalidad de acciones que llevaba a cabo en mi día a día.

 

iPhone

Mi némesis, el teclado

 

Sin duda donde tuve (y tengo aún) más problemas es con el teclado. Después de probar un par de días con el teclado por defecto, la ausencia de un acceso rápido a la coma hizo que deba instalar Swiftkey, teclado que me facilitó un poco la vida pero que seguía sin darme exactamente lo que yo quería, algo que sí me daba cuando lo tenía instalado en mi anterior dispositivo con Android.

Así tuve varios inconvenientes en los primeros días, como al compartir cosas entre aplicaciones, revisar mis citas en el calendario o acceder a páginas desde Facebook, inconvenientes que dejaron de serlo con el correr de los días, pero que requirieron que me acostumbre a otra forma de hacer las cosas.

 

Decepciones varias

 

Ahora, una vez ya acostumbrado al proceder y manejo del iPhone 6s, me vi en la tarea de analizar algunos puntos que en teoría debían ser los principales baluartes del teléfono y que finalmente no lo fueron tanto.

 

iPhone

Muy buena cámara, pero no la mejor

 

Empecemos por la cámara, esta vez de 12 megapíxeles, llamada a ser por muchos medios tecnológicos como una de las mejores cámaras del mercado por su confiabilidad y versatilidad. Bueno, sí, la cámara del iPhone 6s es muy buena y tiene resultados más que decentes, pero actualmente con terminales como el Galaxy S6, el G4 o el Xperia Z5, decir que estamos ante un factor diferencial con la cámara del iPhone 6s, es casi un engaño.

El otro punto que siempre se le alaba a iOS es el tema de la estabilidad y fluidez, donde también tengo que presentar mis descargos. De fluidez todo bien, casi perfecto, pero debo decir que iOS también tiene sus problemas (bugs). Tuve momento en los que debía probar varias veces para ejecutar una acción o de plano reiniciar aplicaciones, lo cual sinceramente no me molestó más de la cuenta, pero que se tumbaron el mito de «iOS = 100% estabilidad».

 

iPhone

3D Touch

 

Lo último fue un tema exclusivo de mi modelo, el iPhone 6s. Sí, hablo del 3D Touch. Esta característica que me moría por probar al final fue cosa de dos o tres días. Luego de eso no lo usé para casi nada. Aquí debo admitir que es un poco culpa de los desarrolladores que todavía no lo han implementado en sus aplicaciones, pero el hecho es que por ahora la característica podría desaparecer y no la extrañaría para casi nada. La excepción serían las live photos, característica a la que no le tenía mucha fe, pero que al final me trajo más de un momento divertido revisando si mis fotos tenían algún movimiento involuntario que resultara interesante de ver.

 

Sorpresas agradables

 

Hasta el momento creo que todo lo mencionado anteriormente se puede tomar con un tinte negativo, pero el iPhone 6s y iOS también tuvieron varias cosas por rescatar, algunas de ellas que hicieron por momentos que la balanza se incline en mi decisión de cambiar o no de sistema operativo finalmente.

 

iPhone

El mejor sensor de huellas. Cerrado.

 

Lo primero es el sensor de huellas, el más rápido y eficiente que he probado hasta el momento. Y es que no solamente hablamos de una velocidad casi instantánea, sino que debo haber fallado al ingresar mi huella una de cada mil veces, seguramente porque tenía la mano mojada o porque puse el pulgar sin pensarlo mucho. Si eres del tipo de personas que ama esta característica, con el iPhone 6s vas a estar en la gloria.

Lo segundo son las aplicaciones. Y no es solamente una cuestión de cantidad (y muchas veces calidad), sino que muchos de los grandes desarrolladores (como Facebook o Twitter) sacan sus nuevas características primero para esta plataforma, lo cual será de gran importancia si eres de los usuarios que siempre quieren lo último.

 

iPhone

Resiste en stand by mucho más que casi cualquier Android

 

Lo último, y a mi gusto más importante, la autonomía. Aquí seguramente muchos van a estar en contra mía, pero debo decir que en la práctica el tiempo de vida del iPhone 6s ha sido superior al de casi todos los terminales con Android que he probado hasta el momento. El tema no va por horas de uso activo, donde el iPhone recibirá una paliza de terminales como el Moto X Play o el Xperia Z3 Compact, sino por su consumo en stand by. En este sentido, Android tiene una tarea pendiente (que en teoría debería solucionar Marshmallow) que sí que ha podido solucionar iOS 9, que es reducir al mínimo la energía usada por el dispositivo cuando tiene la pantalla apagada.

 

Decisiones

 

Pues bien, ya con los puntos sobre la mesa, parece que es momento de tomar una decisión. Una bastante difícil por cierto.

El asunto es que mi equipo con Android tiene «dificultades técnicas» que deben ser resultas antes de volver a él, por lo que tendré que usar iOS por un tiempo más. Eso sí, una vez que solucione este impase dejaré el iPhone.

 

iPhone

Adiós iPhone 6s (bueno, eventualmente)

 

Sí, al final terminó pesando un poco la costumbre y un poco mis necesidades particulares al momento de tomar la decisión final. Podría haber vivido con el iPhone, sí, pero casi en todo momento del experimento tenía en la cabeza la idea de que con mi anterior teléfono (exceptuando el tema de autonomía) me habría ido mejor. También tuvo que ver que el iPhone 6s que tengo es de solo 16 GB, de los cuales tengo menos de 2 GB libres. Si quisiera mudarme a iOS tendría que ir por un equipo de 64 GB, pero creo que no vale la pena el esfuerzo si ya tengo un terminal perfectamente competente.

Por supuesto, esta es mi decisión, pero no tiene porque ser la tuya. Así que si te va mejor con un iPhone, te entiendo muy bien, tiene muchas cosas por destacar y que dejarán satisfechos a un buen sector de usuarios. Si tu elección diaria es un Android, pues comulgas un poco más conmigo y con más de la mitad de la base de usuarios que actualmente tiene uno.

La elección al final es tuya, pero desde aquí vamos a tratar de ayudarte siempre a tomar la mejor decisión dependiendo exactamente de lo que tú busques.

 

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