Hace unos días atrás, Sony Pictures sufrió un ataque informático a cargo de un grupo de hackers que se han hecho llamar “Guardianes de la Paz” (GOP, por las siglas de Guardians of Peace) y debido a este incidente, la división de cine tuvo que paralizar su operación para prevenir que se difundan datos internos.

La compañía indicó a sus empleados a nivel mundial que no se conecten a sus estaciones de trabajo, ni accedan a sus correos electrónicos, luego que comenzara a aparecer una fotografía de una calavera con un mensaje de amenaza en equipos de la ciudad de Nueva York.

«Ya os hemos advertido, esto es sólo el principio. Seguiremos adelante hasta que nuestras peticiones sean satisfechas. Tenemos todos vuestros datos internos, incluyendo secretos (películas a estrenarse por la firma), si no obedecéis, los lanzaremos al mundo», decía el mensaje enviado por estos hackers.

La información sustraída y luego filtrada no sólo correspondería a películas aún no estrenadas de la compañía (como «Fury», «Still Alice», «Annie», “To Write Love on Her Arms» y «Mr.Turner»), sino también a correos electrónicos de cuentas corporativas, detalles de los salarios de altos ejecutivos, datos financieros, fechas de nacimiento, números de seguro social o direcciones de los empleados de Sony Pictures, por cual se puede señalar que el impacto recibido por la empresa es de gran magnitud tanto económica como de imagen institucional.

En un primero momento, el breve comunicado oficial de Sony sólo confirmaba que estaban investigando para poder solucionar el fallo lo antes posible, aunque indicaron que podrían tardar hasta tres semanas.

Hoy en día, se conoce que en el ataque sufrido ha estado involucrado mínimo algún tipo de malware de la familia Wiper y que dicho ataque ha sido 100% dirigido a esta empresa en específico. Adicionalmente, se sospecha que (al margen del método de ataque y sus variantes) una gran cantidad de personas han trabajado de forma organizada para este propósito. Es claro que los atacantes han utilizado además herramientas y plataformas sumamente complejas concebidas incluso con fines bélicos.

Finalmente, Sony podría anunciar oficialmente que el origen del ataque se encuentra en Corea del Norte, información que no aún ha sido confirmada por la empresa.