Para nadie es secreto que el mercado de las tablets se ha visto severamente afectado en los dos últimos años, pasando del estancamiento visto hasta principios del año pasado, a la caída en ventas general que se viene reportando desde hace casi ya 1 año.

Las razones de este decaimiento en el interés por las tablets se podría atribuir a decenas de razones, pero podríamos decir que la principal de ellas es la falta de una función que haga del dispositivo único y necesario, en especial ahora que los smartphones han crecido al punto de que la mayoría de ellos están entre las 5 y las 5.7 pulgadas, lo cual es un tamaño más que suficiente para el consumo de contenido ocasional, papel principal para el que venían siendo usadas las tablets entre 7 y 10 pulgadas..

Incluso Apple, la única compañía que estaba ganando en este segmento, ha visto como trimestre tras trimestre sus ventas han ido disminuyendo. Esto a pesar del lanzamiento de nuevos dispositivos como el iPad Pro que tanta atención del público tuvo en su lanzamiento.

Lo interesante del asunto es que conforme va bajando el interés por las tablets, va creciendo el interés por los convertibles y dispositivos similares con Windows, tendencia que inició tibiamente con el lanzamiento de las primeras Surface de Microsoft y que poco a poco se va convirtiendo en una opción mucho más interesante. Más cara, pero más interesante.

El problema es que, tal como vemos, las tablets están demasiado lejos de ser lo que todos esperábamos. En un inicio todos nos comimos el cuento, pero con el tiempo despertamos y nos dimos cuenta que aquel dispositivo de última tecnología que pensamos sería indespensable en nuestra vida, esta en un rincón del cuarto agrrando polvo mientras que hacemos todo en nuestro smartphone o, si necesitamos algo más potente, en nuestra laptop o computador de escritorio. O al menos así es para la mayoría.

No es raro entonces que las tablets que todavía llaman la atención del público sean aquellas que han buscado parecerse lo más posible a una laptop (el ipad Pro por ejemplo). El asunto es que su precio suele ser tan alto que chocan contra alternativas como la Surface, con lo que cada vez son más los usuarios que optan por estas soluciones que conciben mejor preparadas para tareas de productividad que las tablets que casi desde el principio se han asociado más a lo multimedia.

Es justamente esta la razón que ha hecho que mientras menos tablets con iOS se venden, sean más las convertibles con Windows que adquieren los usuarios.

¿Cómo seguirán las cosas? Pues sinceramente no lo sabemos. El iPad Pro ha sido bienvenido por la industria y por muchos entusiastas de la productividad como reemplazo de sus laptops , pero lo cierto es que si los fabricantes de convertibles logran ofrecer un producto de calidad a un precio más adecuado, podría haber mucha gente que opte por estos, con lo que el mercado de las tablets se reduciría aún más.

Este 2017 será central para conocer el futuro de ambos mercados, por lo que debemos estar atentos, especialmente a lo que hagan Apple y Microsoft.