El que Goku ha sido un pésimo padre la mayor parte de su vida es algo que la mayoría conoce. Después de todo dejar a sus hijos por entrenar es algo que suele hacer todo el tiempo, además que todos sabemos lo mal que calculó el asunto Gohan en la pelea contra Cell (lo cual de paso lo condujo a evitar la mayor parte de la crianza de sus dos hijos).
Sí, Goku es un pésimo padre, así que lo que vimos en el último capítulo de Dragon Ball Super es solo un recordatorio.
¿Qué pasó? Pues, tal como suele pasar todo el tiempo, Goku quería ir entrenar con Bills-sama, para lo cual invita a Vegeta a unirse, quien rechaza la invitación para estar Bulma quien está muy próxima a dar a luz (en lo que será el nacimiento de Bra, el segundo retoño de la pareja).
Lo divertido es que Goku no se explica la respuesta de Vegeta, respondiéndole que quien está embarazada es Bulma y no él. Después de todo, el mismo no estuvo en todo el proceso del nacimiento (ni en los primeros años) de Goten.
A estas alturas no deberíamos sorprendernos, pero Goku sigue siendo un desastre como padre, nada como Vegeta que ha demostrado en casi todas las ocasiones posibles lo mucho que se preocupa no solo por sus hijos sino por su pareja, la a veces problemática Bulma.
Mal por Goku, bien por Vegeta, príncipe de los saiyajin y macho alfa de la manada.
