Por qué elegí un monitor UltraWide en vez de uno convencional

Por qué elegí un monitor UltraWide en vez de uno convencional

 
 

En tiempos de pandemia donde el home-office  se ha convertido para muchos en una situación laboral obligatoria, más de uno está buscando optimizar recursos para mejorar su productividad diaria, desde hacer mejoras en la velocidad de nuestro servicio de internet fijo hasta la renovación en los dispositivos que nos ayudarán a mejorar nuestra carga laboral.

Por supuesto también hay personas que no necesariamente están en home-office pero quieren mejorar la experiencia multimedia que poseen, ya sea para ver vídeos o jugar, donde me incluyo.

Pues bien, ante todas esas necesidades los fabricantes de monitores llevan años apostando en mejorar la tecnología ofreciendo mayores resoluciones, mejoras en apartados como HDR y otras características pero si vamos a lo esencial, la mejor idea que tuvieron fueron los famosos «UltraWide«.

Recordemos que los monitores tradicionales tienen un formato 16:9, mientras que los UltraWide son de 21.9, contando con una mayor y mejor visualización gracias a una mayor superficie de visión, aproximadamente 32% más que los clásicos monitores de toda la vida.

Entonces, ¿Qué significa tener un UltraWide? Pues un monitor con un formato de pantalla más amplio que te ofrece una mejor experiencia multimedia y profesional, permitiendo al usuario hacer más al mismo tiempo.

 

Naranja es es el formato habitual, verde y azul son las resoluciones con un monitor UltraWide


 

Por ejemplo, algo habitual que suelo hacer es dividir la pantalla de mi UltraWide en cuatro, con esto puedo escribir notas como esta, ver YouTube, tener un PDF abierto y una red social. Por supuesto esto depende mucho del monitor y el fabricante que elijas, en mi caso esto es súper sencillo gracias a OnScreen Control, un software exclusivo de los monitores de LG y sí, obviamente mi pantalla es del mismo fabricante.

De la misma forma que los televisores, también hay tipos de pantallas para monitores como los VA, TN o IPS. Por experiencia propia y por la madurez de la tecnología actualmente, la mejor del mercado es la IPS. ¿La razón? Pues cuentan con colores vibrantes, mayor brillo, mejor contraste y mayor definición.

 

Y, por si fuera poco, lucen bastante bien


 

Personalmente no soy de usar tablas de Excel, pero cuando he tenido que usarlas para modificar un archivo del trabajo agradecí bastante tener un monitor fuera de lo común, ya que no necesitaba usar las teclas o el mouse cada vez que quería ir a otro extremo, todo alcanzaba en la misma pantalla.

Donde sí le he sacado totalmente provecho es en contenido multimedia. Antes de hacer el cambio tenía un monitor TN de 24 pulgadas con el que tenía una buena experiencia en videojuegos, buenos tiempos de respuestas y una tasa de refresco de 120 Hz, pero si dejaba de jugar y abrí el navegador, editaba imágenes en la Suite de Adobe o quería un simple un vídeo en YouTube la experiencia cambiaba.

 

Los paneles TN carecen de contraste y brillo, básicamente no tienen «vida». Es decir los colores son muy neutros o lavados, los ángulos de visión son pésimos y no podía hacer tantas cosas a la vez.

 

La ergonomía en mi UltraWide también es excepcional para largas horas de uso. ¿La razón? La base nos permite configurar fácilmente la posición que deseamos, podemos subirlo o bajarlo según nuestros requerimientos. De hecho el monitor se ajusta a ti, no al revés, después de todo la mayoría de monitores actualmente en el mercado son estáticos y rígidos.

Con el UltraWide de 34 pulgadas que ahora tengo para empezar no me preocupo por el contenido multimedia gracias al panel IPS, no hay perdida de calidad de imagen y encima gané algunas funciones extras como soporte de HDR10 y G-Sync, tecnología compatible con tarjetas de Nvidia.

Por supuesto que a la hora del gaming la experiencia también mejoró muchísimo, empezando por el formato elegido, ahora cuento con una mayor vista, pudiendo ver más sin la necesidad de moverme y gracias a la compatibilidad con G-Sync puedo obtener un rendimiento mucho más fluido, nítido y con tonos intensos.

La tasa de refresco de 144 hz y el tiempo de respuesta, apenas 1 ms, permite tener una ventaja en títulos del tipo multiplayer de mayor demanda a la fecha como PUBG, Call of Duty, Overwatch, Battlefield V, entre otros.

En caso te animes por un monitor UltraWide también sería bueno mencionar que se dividen en tres: estándar, gaming y profesionales.

 

  • Estándar: suelen ser hasta de 29 pulgadas y son similares a los monitores tradicionales pero con formato 21:9
  • Gaming: Como bien dice su nombre enfocado en videojuegos y van entre 27 a 49 pulgadas, con resoluciones hasta en 4K, aunque esta última depende también cuánta potencia tenga tu PC. Son compatibles con FreeSync y/o G-Sync, tienen soporte HDR10 y cuentan al menos con 144 Hz.
  • Profesionales: Van de 27 a 49 pulgadas y están enfocados en el sector profesional. La calidad del panel es magnífica, siempre son IPS, los mejores son los 4K y tienen agregados exclusivos como mejoras en gamut de color, brillo, profundidad de colores, sRGB 99%, entre otros.

Y, ya para terminar, el monitor que estoy usando es el nuevo LG 34GL750-B.

 

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