Por Alessandro Fonseca, gerente territorial senior de Digital Publishing Suite para América Latina en Adobe Systems

 

Aún recuerdo la época escolar en la que gané uno de los pocos sobrenombres que tuve a lo largo de toda mi vida: Explicado. Muchos brasileros que ya pasaron de los 30 años de edad  saben que me refiero a ese personaje al que le gustaba “todo explicadito hasta el mínimo detalle”.

 

Como era extremadamente curioso por naturaleza, para mí tenía poco o ningún sentido memorizar una fórmula sin entender su utilidad en la vida práctica, en qué contexto histórico había sido creado aquel conjunto de conocimiento y cuál fue el gran problema real que había resuelto.

 

También encontraba extraña aquella letanía de que la escuela tenía que prepararnos para la vida y el mercado laboral, pero evaluaba solamente nuestra capacidad de memorizar datos, que casi siempre olvidábamos al día siguiente, porque al final teníamos que llenar nuestra memoria con la materia de la siguiente prueba, ¿cierto?

 

Hoy veo todos los recursos tecnológicos y me entusiasmo al pensar en las infinitas posibilidades: ¡a veces hasta quisiera regresar a la escuela! El profesor dejó de ser el dueño del conocimiento y punto central del aula, y el contenido está asumiendo su digna y merecida posición de Rey.

 

En realidad, el profesor se encuentra en una posición más vulnerable a medida que los alumnos están equipados con sus smartphones y pueden certificar todo lo que se les dice con la ayuda de sus aparatos.

 

Sin embargo, el dispositivo que está revolucionando la manera en que nuestros hijos y nietos van a aprender es la tablet y, con ella, la posibilidad de reunir todos los medios en una experiencia única y continua: es posible leer un texto sobre cómo se organizan las abejas en comunidades, al tiempo que se exploran los sonidos de una colmena, se ve un video sobre el proceso de polinización y se manipula y gira una imagen en 3D de una colmena. También es posible investigar la importancia económica de la producción de miel, sus propiedades nutricionales y químicas, y saber en qué momento histórico y económico la humanidad comenzó a criar abejas para la apicultura. Aún más, se puede analizar los microclimas en los cuales se adapta mejor cada raza de abejas. Un momento: ¿biología, química, historia y geografía juntas? ¿La verdadera “transdisciplina”? ¡Eureka!

 

Ahora imagine juegos y otros elementos diseñados para permitir que los alumnos se diviertan con la información y alteren variables para simular diferentes escenarios; ejercicios, pruebas y herramientas online, todo allí, en el mismo dispositivo, en la punta de los dedos.

 

El contenido pasa a ser el eje central a partir del cual suceden las interacciones en la sala de clases, permitiendo que alumnos y profesores colaboren en tiempo real y produzcan contenido adicional como resultado de las dinámicas dentro y fuera del ambiente escolar.

 

Los profesores podrán, a partir de una interfase en la Web o en el dispositivo, trabajar con un banco de elementos compuesto por imágenes, videos, textos, juegos, etc., y elaborar su clase o bien preparar un capítulo personalizado para un alumno con dificultades para comprender un concepto o una materia.

Cada día los profesores tendrán a mano preguntas y ejercicios relacionados con el contenido explorado con los alumnos en el aula, y los distribuirán a las tablets en diferentes momentos, permitiendo que el educador visualice en su tablet gráficos que le sirvan de termómetro de la cantidad de información que los alumnos están interiorizando de forma efectiva y transformando en conocimiento.

 

Aunque parezca cosa de las películas de ciencia-ficción, la tecnología para que la educación dé ese salto ya existe, y está siendo implementada en Corea del Sur, que tiene el ambicioso plan de sustituir todos los libros de texto impresos por sus versiones digitales en tablets para el 2015. En Brasil, el Ministerio de Educación también trabaja en un plan para integrar las tablets a las aulas, inicialmente con la compra de 600 mil dispositivos para profesores de la red pública.  Las universidades y escuelas privadas también han adoptado este dispositivo.

 

Si consideramos que la curva de evolución y adopción de nuevas tecnologías es exponencial, en poco tiempo seremos testigos de una verdadera revolución en la manera de educar a nuestros hijos y de integrar las áreas de conocimiento en un currículo interconectado, estimulante y desafiante.

 

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