En general los juegos de Zelda son bastante bien recibidos por los fans y la crítica, pero lo que ha logrado el último título de la franquicia, ‘Legend of Zelda: Breath of the Wild’, ha ido tan lejos que muchos ya hablan de un GOTY, lo cual por aquí no nos parece tan descabellado al ser este juego realmente un ejemplo de lo que Nintendo puede llegar a hacer cuando se plantea bien las cosas.
Sinceramente, una obra de arte.
Y es que justamente uno de los atractivos principales de BOTW es el que nos ofrece el apartado estético de su mundo, un lugar vasto, salvaje, con rastros de una gran civilización que se desarrolló en esas tierras hace muchos años, un mundo que por momentos nos recuerdan grandes parajes y ciudades antiguas, un mundo que tranquilamente podríamos comparar con nuestros restos arqueológicos.
¿Lo dudan? Basta con una sola imagen para que se den una idea.
Y es que cualquiera que haya jugado el juego les dirá que un escenario como ese no es solo completamente creíble, sino que le va calza anillo al dedo al entorno del juego, el cual está lleno de bosques que debemos recorrer, montañas que debemos escalar y ruinas de civilizaciones que debemos explorar.
Por supuesto, dudamos que en Machu Picchu vayamos a encontrar goblins o lizalfos, pero a nivel estético estamos hablando del mismo lenguaje.
Claro, es poco probable que vayamos a ver alguna vez a Link recorriendo los muros de nuestra ciudadela, pero esta foto nos deja soñar y pensar que, en algún lugar del amplio mundo de BOTW, quizás desbloqueable con una actualización, tendremos un paraje cuando menos similar al paisaje de las ruinas cuzqueñas.
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