Si bien en nuestro país el 911 no es un tan usado como en Estados Unidos y países europeos, esto no significa que no sea un número importante para emergencias, después de todo está ligado directamente a la Policía Nacional del Perú.
Actualmente si estamos ante una emergencia lo más común es llamar al 105, 116 o 911, dar nuestra ubicación y datos sobre lo que está ocurriendo para que la ayude llegue de inmediato, el problema es según las circunstancias las víctimas pueden estar lo suficientemente nerviosos para no poder dar esta información, también hay varios casos donde llaman menores de edad y al no haber datos suficientes la ayuda no puede llegar a tiempo.
Si haces una llamada desde un teléfono fijo la ayuda llegará a la dirección registrada, pero si llamas desde un smartphone no es posible acceder a los GPS de los smartphones, peor aún si solo son celulares, por lo que se basan en la triangulación de las antenas y solo se da una ubicación aproximada por donde deberían estar los afectados.
La mala infraestructura local no solo es un impedimento pues en Europa y Estados Unidos tienen problemas similares a pesar que poseen mejor cobertura de señal. La enorme cantidad de departamentos en edificios es una pesadilla para la policía, bomberos y médicos, por lo que Google ha tomado cartas en el asunto.
Según información brindada por el WSJ, Google ha empezado a probar un nuevo sistema en Estados Unidos cuando personas deciden llamar al 911, enviando ubicación detallada de las personas que solicitan la llamada, eso sí, exclusivo en Android. Los servicios de emergencia reciben automáticamente la ubicación de la llamada desde Google.
El reciente método de Google no es perfecto pero es el más eficaz a la fecha, reduciendo la brecha de 160 metros alrededor a 35 metros, una precisión envidiable que no se ha podido conseguir hasta el momento.
Es posible que junto a Android P se haga el anuncio oficial, pero de momento es posible que solo esté funcionando en países como Estados Unidos, Canadá, Japón y posiblemente algunos países europeos.
Fuente: The Wall Street Journal
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